Esta semana la mujer, identificada como Jennie Platt, de 44 años, rompió el silencio a través de una persona allegada para revelar que tuvo “suerte” de haber sobrevivido al feroz ataque.
Platt “está desesperada por superar lo que le pasó y las acciones de Ricky antes de su muerte”, explicaron las fuentes al sitio británico Daily Mail.
“Está haciendo todo lo posible para ayudar a las autoridades italianas a dilucidar qué pasó esa noche”, agregaron en referencia a la empresaria, que habló “como testigo y como víctima de violencia doméstica“.
Platt y Bibey estaban en pareja desde 2019 y la fuente cercana a la mujer expresó que el viaje a Florencia, en el norte de Italia, “debía ser una escapada saludable a un spa” porque el otrora campeón de la liga británica de rugby “había sufrido problemas mentales y lo últimos seis meses había empeorado”.
Desde la muerte de Bibey se realizó una investigación para descubrir cómo fueron los momentos previos a la muerte del rugbier. Lo primero que se determinó fue que sufrió un paro cardiorespiratorio, es decir, que murió por causas naturales.
Luego se determinó que tenía rastros de alcohol, viagra y otras drogas en sangre, y los forenses informaron también que tenía rasguños en la cara, manos y el cuello compatibles con un intento de defensa de parte de su pareja.
Investigadores policiales mantuvieron durante largo tiempo la hipótesis de que Bibey intentó someter a su pareja a un “juego sexual” que no fue otra cosa que un acto de violencia de género, a lo que la mujer intentó defenderse.
En medio de ese forcejeo el rugbier de 40 años, que se había retirado en 2012, sufrió un infarto y murió.
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