“No entiendo más nada. Lo mataron como a un perro y se fueron como si nada, es injusto todo“, señaló la mujer de 37 años, que quedó a cargo de sus dos hijas que tenía con el oficial, una de las cuales presenció la secuencia en la que fue asesinada su padre.
Es que la hija mayor de la pareja estaba en la garita ubicada en el frente del hospital donde trabajaba Bermúdez.
Romina explicó que habían acordado que su esposo la buscaría a la niña de 12 años a la salida de la actividad deportiva de Jiu Jitsu, y que la llevaría al trabajo hasta que ella la pasara a buscar cuando saliera de su trabajo, alrededor de las 22.15 del martes pasado.
“Mi nena me manda una foto con él, contenta porque conoció el lugar donde tantas horas pasa su papá“, recordó Romina en el escrito.
“A las 22.30, me llama y me dice: No sé qué pasó mamá, papá no volvió más“, relató la mujer al referirse a un momento en el que, de acuerdo a la investigación, su esposo ya había sido asesinado.
“Cometí el error de ver el vídeo que está circulando en todos lados y tengo terror que lo vea mi hija porque lo que me dejó a mí al ver ese video es otra sensación más que dolor”, expresó Romina.
“Él era mi otra mitad, mi compañero, era excelente un padre. No vas a encontrar una persona que hable mal de él”, aseguró la mujer.
Romina también consideró que “si hubiese sido al revés, si él le hubiese disparado al chorro, Leo estaría preso. Y si no hubiese salido de la garita de trabajo, hubiese tenido un sumario por incumplimiento”.
De la ceremonia de inhumación participaron bajo un clima de dolor decenas de familiares, amigos y vecinos de la víctima, como así también trabajadores del Hospital provincial, donde Bermúdez fue asesinado por delincuentes que pretendieron ingresar para ayudar a fugarse a un preso que había sido internado por un cuadro de tuberculosis.
El cortejo fúnebre fue acompañado por sus compañeros de la fuerza policial, que escoltaron haciendo honores el ingreso del féretro de los restos al cementerio municipal.
“Me quedé sola con sus princesas porque lo mataron como a un perro, no le dieron tiempo de nada, él no se quería ir de este mundo. Tenía muchos proyectos y me lo sacaron así”, repitió Romina en la puerta del cementerio.
Consternada y sin poder contener las lágrimas, la esposa del subinspector Bermúdez, y madre de las hijas de 4 y 12 años, pidió que se haga “justicia”.
“Yo quiero justicia porque no se pudo defender. Lo mataron como a un perro. No pudo defenderse, sacar el arma ni nada. Le tiraron en la cabeza y después por las dudas le tiraron otra vez, si hubiese sido al revés, todavía estaría preso”, expresó Romina.
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