Aumentó la desigualdad por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios más bajos

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Un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló un aumento significativo de la desigualdad y una fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios en el último año, especialmente en los sectores más vulnerables de la población. Según el estudio, los salarios perdieron un 11% de su capacidad de compra entre el segundo trimestre de 2023 y el mismo período de 2024.

El informe, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina y denominado “Cambios en el bienestar y la distribución del ingreso” indica que la “pérdida de capacidad de consumo en un escenario de alta inflación”, la ausencia de mejoras en los ingresos y el “aumento acelerado de los precios” llevaron a un empobrecimiento de la población durante el último año.

Caída en el poder adquisitivo de los trabajadores

Según el informe de la UCA, la pérdida de ingresos es mayor entre aquellos que ganan menos, en comparación con quienes se encuentran en los niveles superiores de ingresos. En promedio, los ingresos de los trabajadores disminuyeron un 12%, pasando de $330.658 en 2023 a $289.562 en 2024. Esta reducción fue insuficiente para compensar el aumento de los precios de los bienes y servicios esenciales, lo que resultó en una pérdida del poder adquisitivo.

La caída fue mayor en los trabajadores de menores ingresos, lo que aumentó la desigualdad económica. Este fenómeno se refleja en el índice de Gini, que mide la desigualdad en la distribución de ingresos, el cual aumentó de 0,417% a 0,436% en el segundo trimestre, según datos del INDEC.

El informe también destaca que el 20% más pobre de la población solo concentra el 5% de los ingresos totales, mientras que el 20% más rico controla el 49,3%.

La UCA señaló que, mientras que los sectores más vulnerables vieron caer su poder adquisitivo del 4,3% al 3,5%, los sectores más ricos aumentaron su participación en los ingresos totales del 44,9% al 48,3%.

Leve recuperación en algunos sectores en 2024

El informe señala que, al comparar el primer trimestre de 2024 con el segundo, hubo una desaceleración en el aumento de los precios de bienes y servicios, y “una leve recuperación de los ingresos reales“, especialmente en los sectores de menores recursos.

La capacidad de compra de los trabajadores con ingresos medios aumentó un 7%. Esto se debe a que los picos de inflación más altos se registraron en diciembre y enero, con aumentos de precios del 25,5% y 20,6%. Si bien durante el segundo trimestre los precios continuaron subiendo, el ritmo de crecimiento fue más moderado.

El informe también destaca que los sectores más desfavorecidos fueron los que mostraron mayores niveles de recuperación entre el primer y segundo trimestre de 2024, tras haber sufrido previamente fuertes pérdidas en su capacidad de compra. Los ingresos se acercaron ligeramente a lo necesario para cubrir las necesidades básicas de alimentos y otros bienes esenciales, según la UCA.

Como consecuencia, el informe observa una disminución en los niveles de desigualdad al comparar trimestres consecutivos, aunque aclara que esta reducción se debe a la presencia del aguinaldo en el primer trimestre, lo que tiende a aumentar la desigualdad en ese período.

Para explicar esta leve recuperación, el informe señala que una parte de los ingresos que ayudaron a mejorar la situación provino de fuentes externas al mercado de trabajo, como subsidios u otros apoyos sociales. Estos ingresos no laborales aumentaron particularmente en los hogares de menos recursos, lo que contribuyó a una ligera mejora en su presupuesto.

Impacto del desempleo y el trabajo informal

El desempleo también tuvo un rol clave en el aumento de la desigualdad: en el segundo trimestre de 2024, el índice subió al 7,6%, lo que significa que más de 1,7 millones de argentinos perdieron su trabajo. La falta de oportunidades laborales formales llevó a muchas personas a recurrir al “autoempleo informal”.

El informe señaló que los hogares de estratos bajos dependen en mayor medida de ingresos no laborales, es decir, dinero que proviene de subsidios, pensiones u otros beneficios sociales. En cambio, los hogares de estratos más altos (los que tienen mejor situación económica) obtienen la mayor parte de sus ingresos a través de trabajos formales o empleos, lo que les da mayor estabilidad y mejores ingresos. Esto refleja una desigualdad estructural.

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